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Los otros días leí un artículo de periódico en dónde se hacía referencia a personas cuyo "sexo fue asignado al nacer". Esto es parte de la tendencia moderna de decir que el sexo es algo que no se determina al nacer sino que es algo construido y que puede cambiar.
Una de las características de esta nueva generación es que han olvidado o no han aprendido a cómo ubicarse en el tiempo y el espacio. La idea de que todo es relativo y que las cosas son según la gente piense lleva muchos a ignorar que existen realidades objetivas. Si tú le preguntas a un joven hoy día hacia dónde queda el norte no te va a poder decir sin consultar su celular que es su guía en todo momento.
Antes de que se inventaran los GPS uno tenía que saber ubicarse utilizando la observación. Si era de día se utilizaban marcadores o puntos de referencia como la posición del sol y la hora del día y si era de noche las estrellas. Una realidad que no cambia y que nos ayuda a ubicarnos en el espacio es que el sol siempre sale por el este y se esconde por el oeste. De esa manera si uno está viajando y no sabe a dónde está el norte lo único que tiene que saber es la hora del día y en dónde está el sol. Si es de mañana y el sol queda a mi mano derecha, eso es el este. Entonces de frente a mí queda al norte y a mis espaldas está el sur porque el sol siempre va a salir por el este eso es una realidad objetiva que nunca cambiará.
Desde que nació el primer ser humano la forma de determinar si ese ser humano es un varón o es una hembra era observando su sexo. Tan pronto se le cortaba el cordón umbilical si se veía un pene se sabía que era un niño, si se veía una vulva pues se sabía que era una niña. Hoy día la tecnología nos permite ver desde antes que nazca si la persona que va a nacer es un varón o una hembra observando los marcadores definitivos que son el pene o la vulva.
La observación sobre el sexo de una persona está basada en una realidad objetiva. El pene o la vulva son una característica física de una realidad inmutable y objetiva llamada genética. Los seres vivientes nacen de un sexo o del otro dependiendo del arreglo de sus cromosomas y eso es algo que se decide en el momento de la concepción y no cambia nunca. Si en el momento de la concepción los cromosomas del par 23 forman XX, el ser que va a hacer será una hembra si los cromosomas del par son XY será un varón.
Con la llegada del posmodernismo y la reinterpretación de la realidad se ha querido dar a entender que todo lo que observemos a nuestro alrededor es sujeto a interpretación. La idea de que todo es relativo y de que las realidades objetivas no existen es la mentalidad prevaleciente en estos tiempos.
Una de las áreas en donde esta mentalidad posmodernista se ha insertado ha sido en el área del sexo. Luego de la Revolución sexual de los años 60 y la llegada del feminismo radical se insertó en la mente colectiva la idea de que el sexo es solamente una característica cambiable y elegible. Según las personas que abrazan esta ideología, el ser humano no es lo que diga su sexo sino lo que manifieste su "género". La idea de que el sexo es algo solamente físico y que es el género lo que determina si una persona es hombre o mujer es lo que está en estos días siendo calificado como ciencia.
Recuerden que al principio les mencioné que hay una realidad objetiva y es que el sol siempre sale por el este. Eso es algo que no cambiará. Pero supongamos que un grupo de personas diga que esto es algo sujeto a interpretación y que no necesariamente el sol sale por el este sino que el este es un constructo social al igual que al oeste el norte y el sur. ¿Qué pasaría entonces con los mapas? ¿Cómo podría la gente ubicarse si no tienen claro que es el este, el oeste, el Norte y el sur? De seguro habría una confusión y muy probable habría muchos accidentes muchos barcos en el mar se perderían por qué si no sé dónde queda el norte, ¿cómo voy a saber hacia dónde voy o en dónde estoy? Una reinterpretación de los puntos cardinales provocaría un caos y estancamiento a nivel mundial.
La realidad es que aunque se renombre y reinterpreten los puntos cardinales hay un hecho que nunca va a cambiar, el sol siempre va a salir por el este y va a ponerse por el oeste. El Norte siempre será arriba y el sur siempre será abajo. Independientemente de que un grupo de personas crea y afirme que el género de una persona es algo fluido, elegido o asignado la realidad es que la genética manifiesta la sexualidad del ser humano de dos maneras: como varón o como hembra y que eso no cambia.
No existe tal cosa como sexo asignado al nacer. La observación que hace el médico o la partera que recibe al recién nacido está basada en una realidad inmutable, en una realidad objetiva. El varón con un pene es un varón porque su genética es de varón y la niña que nace con vulva es niña porque su genética es de niña. Eso se estableció y se decidió en el momento de la concepción y no va a cambiar así como nunca el sol va a salir por otra parte que no sea el este.
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