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La primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos protege el derecho a la libre expresión. El derecho a la libre expresión implica el gobierno no puede hacer leyes que prohíban decir cosas. Otra parte de ese derecho también implica que el gobierno no puede hacer leyes que obliguen a decir cosas. La Corte Suprema ha decidido que la libertad de expresión cobija incluso discurso llamado de odio.
A lo largo de su historia la Corte Suprema ha decidido qué hay cosas que se pueden decir en ciertos lugares y en algunos momentos pero no en otros. Por ejemplo hay cosas que se pueden decir en la calle que no se pueden decir en la escuela. Las escuelas y otros lugares pueden regular el discurso dentro de sus predios. Lo mismo aplica a las compañías de redes sociales. Las redes sociales al ser lugares privados pueden regular qué cosas se dicen y qué cosas no se dicen en sus plataformas.
Con respecto a la expresión artística la Corte Suprema se ha expresado a favor de que los artistas pueden decir lo que ellos quieren. Un caso muy famoso de las 7 malas palabras qué llevo George Carlin, un comediante, donde la Corte Suprema determinó que tú no podías prohibirle a un artista decir palabras ofensivas. Pero la cosa ahora tomo un giro distinto cuando se pretende obligar a un artista a expresar algo que va contrario a sus creencias.
Supongamos que un artista comediante qué es ateo es invitado a una reunión de una organización cristiana. Como parte de su contrato la organización le exige que tiene que hablar positivamente de La Biblia de Dios y de cristianismo. El artista tiene todo el derecho a negarse a presentarse en el lugar y declinar. Pero supongamos que hacen una ley que dice que no se le puede negar servicios a una persona basada en su creencias religiosas o cualquiera otra de las categorías protegidas por la ley de derechos civiles. La ley ahora obligaría a ese comediante ateo para proveer el servicio tal y como lo exigen los organizadores cristianos o el podría ser multado.
El caso hipotético que menciono arriba está ocurriendo pero de una manera inversa. Lori Smith es Una diseñadora de páginas de internet que entre sus servicios hace páginas para conmemorar bodas. Una pareja del mismo sexo se acercó para pedirle a Smith que les diseñara una página para conmemorar su "matrimonio". Smith es cristiana y ella cree que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer y se niega a hacer el sitio web. Pero Smith vive en Colorado qué tiene una ley que prohíbe negar servicios personas basadas en su orientación sexual y otras clasificaciones protegidas de derechos civiles. La ley esencialmente está obligando a Smith a hablar, a decir algo por medio de su arte que va contrario a sus creencias.
Smith decidió llevar su caso a las Cortes en Colorado pero como era de esperarse no prevaleció y ahora su caso va a la Corte Suprema. La pregunta ante la Corte es si existe una protección bajo la primera enmienda contra ser obligado a expresarse contrario a las creencias de uno porque hay que proteger un derecho de otra persona. No es la primera vez que se ve un caso de esta índole porque anteriormente en el mismo estado de Colorado un repostero prevaleció en la Corte Suprema porque lo querían obligar a hacer un bizcocho para una pareja del mismo sexo. Los intentos por imponer la ideología de género y obligar a otros a expresarse como a la comunidad LGBT le gusta son cada vez más continuos.
Desde que la Corte Suprema decidió a favor de los matrimonios del mismo sexo las exigencias de la comunidad LGBT han ido aumentando en intensidad. Hay que hacer una diferencia entre lo que es un derecho y una exigencia. Derechos básicos como el derecho a la vida el acceso a los servicios y acceso a oportunidades son para todos. Obligar a una persona a expresarse o hacer cosas para hacer sentir bien a otra ya no es un derecho sino una imposición.
Pongamos un ejemplo de mi vida. En la escuela los estudiantes se tienen que referir a mí o dirigirse hacia mi persona como Señor Castro o Mister Castro. En la escuela yo no permito a ningún estudiante llamarme por mi nombre ni tutearme, me tiene que decir usted. Pero fuera de la escuela Yo no puedo exigirle a un estudiante que me trate de esa manera. Yo no puedo obligar a nadie a hablar de cierta manera. En la escuela los estudiantes que son testigos de Jehová no se les puede obligar a participar de ciertas actividades por ejemplo dibujos sobre la Navidad o dibujos sobre la bandera de Puerto Rico. Ese derecho de esos estudiantes Se ganó en la misma Corte Suprema que va a ver el caso de la señora Smith.
En la decisión de la Corte Suprema que legalizó el matrimonio del mismo sexo el juez Scalia hizo una predicción que se cumplió al pie de la letra. Scalia dijo que al abrir la puerta y crear un nuevo derecho se iban a abrir la puerta a exigencias que iban a colocar a esta comunidad en una posición en dónde se sienten acreedores de caprichos que ellos le llaman derechos por ejemplo el obligar a una persona a decir cosas contrario a su fe. Estamos seguros de que deben haber decenas y hasta cientos de diseñadores de páginas web que pudieron haberle hecho esa página web a esta pareja del mismo sexo. Pero ellos se enfocaron en la única cristiana que los hace solamente porque quieren a dejar sentir su poder. La comunidad LGBT quiere mandar un mensaje de supremacismo gay. Esta comunidad pasó de ser un grupo que pedía derechos a uno que exige sumision ante sus caprichos que ellos les llaman derechos. Por el bien del derecho a todos a ser libres de expresarse como quieran y a no ser obligados a actuar contrario a sus creencias esperemos que la Corte Suprema toma una decisión qué valide el derecho a la libertad de expresión.
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