Ya no se puede confiar en los pediatras

Hubo un tiempo en que si un padre llevaba un hijo al pediatra podía confiar de que quería cuidar su salud. Eso fue un tiempo pasado. 

El criterio médico ante todo procedimiento está basado en un principio conocido como primo non nocere que quiere decir "lo primero es no hacer daño". Todo médico busca hacer el mayor beneficio por su paciente para salvar su vida y su integridad sin causarle daño. Aunque la medicina no es una ciencia exacta todo lo que hace está guiado por ese principio. Así que en ocasiones los médicos determinan si administran un tratamiento u otro sopesando las probabilidades de salvar o aliviar la vida causando la menor molestia posible. Por ejemplo, si un paciente llega con dolor de cabeza el médico no va recetarle medicamentos sin confirmar primero si es un dolor must. Tampoco va a someterlo a una cirugía cranial para explorar a ver si hay un tumor. La forma más segura es hacer un diagnóstico y luego determinar cuál es la forma más segura y menos dolorosa para tratar al paciente. Eso es primo non nocere.  

Desde hace un tiempo para acá se nos ha inculcado que debemos confiar en la ciencia. Es seguro confiar en algo que sigue un método, una serie de pasos. Pero se hace difícil confiar cuando la ciencia actual en vez de regirse por el método científico está siendo manipulada por activismo ideológico. Es un peligro para los pacientes cuando el criterio de primo non nocere es sustituido por el vaivén ideológico de los grupos que quieren adelantar una agenda. 

Lamentablemente de un tiempo para acá el activismo médico está silenciando la ciencia e imponiéndose El principio de primo non nocere ha cedido a la presión de la corrección política y el activismo trans. Ahora la mayor preocupación de un doctor no es procurar que su paciente esté saludable sino que no lo tilden de transfóbico. 

Las personas con disforia de género que desean transicionar lo hacen por etapas. Está la etapa social en dónde adoptan un nombre o pronombre esocogido. Luego está la etapa hormonal en dónde les recetan hormonas sexuales o bloqueadores de pubertad si son niños. Finalmente está la etapa quirúrgica en dónde se operan para ponerse genitales artificiales. 

Nada que vaya en contra de la naturaleza es bueno para el cuerpo humano. Los casos de personas que luego de transicionar totalmente se arrepienten cada día crece y también los casos de suicidios luego de la transición. Ante este panorama varios países que avalaban la hormonización y operación de menores han detenido sus programas de transición al ver cómo la salud de los menores se veía afectada. En Inglaterra cerraron la única clínica dedicada a transicionar menores luego que se reveló que estaban apresurant el proceso. El caso de Keira Bell que demandó al gobierno del país luego de arrepentirse de su transición aceleró el cierre. En Suecia detuvieron la administración de bloqueadores de pubertad y hormonas a menores. Finlandia decidió que se darán más enfoque en la psicoterapia a menores, no a la administración de hormonas ni operaciones. 

En el 2018 la Academia Americana de Pediatría adoptó una resolución que obligaba a los pediatras que atienden menores acceder a las peticiones de cambio de sexo sin cuestionamientos. Dicha resolución es el procedimiento estándar y al parecer continuará siendolo a pesar de que en su reunión este año se presentó una resolución para revisar los protocolos y ajustarse a lo que han hecho países de Europa. Se supone que en toda asamblea profesional cuando se presenta una resolución, se lleva a discusión, se debate, se vota y se adopta o rechaza dependiendo de los resultados. Eso no pasó con la resolución 27

La resolución 27 establecía que tomando en cuenta que en múltiple países están reconsiderando el uso de hormonas y operaciones como primera línea de tratamiento a niños transgénero había que reconsiderar los procedimientos actuales de la AAP que estipulan que se actuará de acuerdo a lo que pida el menor. En apoyo a su resolución se proveyó evidencia de padres de niños que transicionaron y están arrepentidos; los bloqueadores de pubertad y las hormonas causan cambios irreversibles que causan entre otras cosa infertilidad y pérdida de función sexual. Además existe amplía evidencia de que en la mayoría de los casos muchos menores que transicionan se arrepienten. Cada día son más los casos de arrepentidos. Finalmente no existe un criterio establecido que pueda determinar con certeza si un niño no se arrepentirá de la decisión en el futuro. 

Los médico que sometieron la resolución 27 pedían una revisión de los protocolos actuales porque como médicos ellos quieren seguir el principio de primo non nocere. Ellos quieren cuidar las vidas y salud de sus pacientes y no exponerlos a un daño. Sus pacientes son NIÑOS y nadie quiere tener en su conciencia el haber tronchado su futuro solo por un capricho temporero. Muchos de los casos de niños que se declaran trans lo hacen por presión de grupo.
¿Cuál fue la respuesta de la AAP? Según se desprende de documentos internos filtrados a la prensa, el organismo buscó evitar que la resolución 27 se discutiera. Mediante trucos parlamentarios la resolución nunca llegó al debate. Luego de eso cerraron los foros para que nadie se expresará al respecto. Ante esta censura no le quedó otra alternativa a los médicos y filtraron la información a los medios. Curiosamente los medios de EEUU no cubrieron la noticia que salió en un periódico de Inglaterra. 

Expresiones de los pediatras acerca de la Resolución 27:


Apoyo la resolución 27. La AAP está haciendo un gran daño sin evidencia de beneficio a largo plazo. En mayo del 2022 una mujer transgénero y la principal líder de cirugía de vaginoplastia reportó en una conferencia que el 100% de los varones a los que se les hacía operaciones para hacerle una vagina perdían toda sensación sexual y función sexual. Se les está quitando toda la habilidad para experimentar intimidad sexual o enamorarse. Sabemos de otra investigación que la mayoría de esos jóvenes adolescentes crecen y se vuelven gay. ¿Es esto lo que vamos a endosar como pediatras? En Reino Unido Suecia Finlandia Francia Australia y Nueva Zelanda están alejándose del modelo apoyado por la AAP. Los sitios de internet de personas que han  destransicionado quejándose por los años daños que han sufrido están creciendo por miles...

Estoy imposibilitado de comentar en la resolución 27. Recomiendo encarecidamente que la organización acoja las políticas o haga declaraciones referente al tratamiento de la disforia de género en niños y adolescentes solo cuando haya un proceso abierto, confiable y metodológicamente seguro para garantizar que éstas expresiones estén basadas en evidencia médica en vez de ideología. Hace falta que haya más investigación segura acerca de los beneficios a largo plazo y riesgos del tratamiento de niños transgénero antes de que esto se convierta en algo ampliamente aceptado. 




Estoy totalmente en apoyo de la resolución 27 qué interesantemente ha sido removida de la lista de resoluciones y ya no se puede comentar. La ciencia médica cambia y se mueve rápidamente y el cuidado para la disforia de género y de jóvenes transgénero no es la excepción. Llevar a cabo revisiones vigorosas de la evidencia médica debería continuar determinando las mejores prácticas y guías especialmente cuando hay innumerables cuestionamientos éticos alrededor de los bloqueadores de pubertad y operaciones de reasignación de género entre niños y adolescentes. 

Ya no me es posible confiar en la AAP para proveer evidencia médica basada en educación con respecto al cuidado de personas transgénero. Este pasado año la conferencia de la AAP silenció el debate de manera burda. La integridad y la confianza en la AAP continuará siendo erosionada si no se restaura las discusiones transparentes y honestas basadas en evidencia en todos los tópicos. 

La AAP necesita ser imparcial al presentar ésta información. No hay un diálogo abierto sobre estos tratamientos médicos de parte de la AAP. Es extremadamente urgente que a través de literatura formal revisiones y procesos abiertos ante la AAP se adopten las políticas concerniente a la educación y cuidado de las personas transgénero. El insumo de los miembros debe ocurrir para mantenerse al tanto con lo que nuestros colegas europeos han hecho en esta área. Como un ejemplo de un  proceso abierto la AAP podría ver la revisión de la Dra Cass que fue comisionada por la agencia de salud de Reino Unido y que está actualmente en proceso. ¿Dónde está la resolución 27?

Los mensajes de los doctores en la asamblea apuntan a que los dirigentes de la Academia Americana de Pediatría no quieren escuchar la ciencia. Todo apunta a que el activismo trans ha tomado las riendas de ese organismo. Eso es un peligro para los niños. El sentido común dicta que lo natural es lo correcto. Si se va a tomar en cuenta el criterio popular entonces las encuestas que revelan que la mayoría entiende el sexo con el que se nace determina el género deberían ser consideradas. Pero eso no ocurrirá. Un grupo de activistas médicos ha tomado el control del organismo que establece los procedimientos. Ellos cerraron el debate e impusieron la norma. Si un pediatra no sigue el capricho de un niño que quiera hormonizarse se arriesga a perder su acreditación y licencia. El protocolo actual obliga al doctor a administrar hormonas y sugerir cirugía y dejar a un lado la consejería. El protocolo actual deja a un lado el principio de primo non nocere. Ya no se puede confiar en los pediatras. 



Fuente
https://www.dailymail.co.uk/news/article-11099561/Leaked-internal-files-pediatricians-angry-professional-bodys-transgender-policy.html

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