Eliminen a los padres

Recientemente se publicó lo siguiente en PubMEd, el portal del gobierno de EEUU donde se publican investigaciones científicas y artículos académicos: 


If the medical community is to take LGBT testimony seriously (as they should) then it is no longer the job of physicians to do their own weighing of the costs and benefits of transition-related care. Assuming the patient is informed and competent, then only the patient can make this assessment, because only the patient has access to the true weight of transition-related benefits. Moreover, taking LGBT patient testimony seriously also means that parents should lose veto power over most transition-related paediatric care.


Traducción:

Si la comunidad medica va a tomar en serio el testimonio de la comunidad lgbt (como deben estar haciendo) entonces no le corresponde más a los médicos el determinar los costos y beneficios del cuidado relacionado a la transicion. Asumiendo que el paciente está competente y ha sido informado entonces solo elp aciente es el que debe hacer esa evaluación porque solo el paciente tiene acceso a los beneficios relacionados a la transición. Es mas, tomar el testimonio del paciente LGBT seriamente tambien implica que se le debe retirar a los padres la potestad de vetar los tratamientos pediátricos relacionados al cuidado transicional. 

Lo que acaban de leer fue escrito por Maura Priest, una profesora de bioética en la universidad de Arizona. La profesora además se especializa en "bioética pediátrica". La bioética pedriática es el campo de la medicina que determina que tratamientos son adecuados o no para niños. La profesora Priest es la que le enseña a los futuros pediatras que es lo correcto y que no a la hora de tratar niños. 

Lo que se leyó arriba es para poner los pelos de punta. Es común en situaciones de emergencia y cuando un menor está envuelto y los padres se oponen a tratamiento pesar si se deja a un lado el criterio de ellos. Por ejemplo los casos de niños que son hijos de testigos de Jehová y necesitan una transfusión de sangre de emergencia. En esa situación el veto de un padre atenta contra la vida del menor y es ético pasar por encima de ese veto. Pero, ¿un niño con disforia de género? ¿Cual es la emergencia en ese caso? Se ha probado que la mayoría de los casos de disforia de género se curan con el tiempo cuando el niño llega a la adolescencia.  Ningún niño está en riesgo mortal si no se le hace una cirugía de cambio de sexo o se le comienza a meter hormonas al cuerpo. De hecho tal acción ha sido determinada como altamente riesgosa por médicos dedicados al tratamiento de niños con disforia.


Esta doctora en ética está actuando contrario a la ética al anteponer los intereses de una comunidad y aprovecharse de la confusión provocada por una condición mental. Pretender que se elimine a los padres de la toma de decisiones de niños respecto a su cuerpo es no solo antiético, es inmoral. 

Lo que más preocupa de esta aseveración por esta académica es que ésto es lo que está tomando auge. Ya en España un menor puede cambiar su sexo legalmente desde los 14 años sin el consenitmiento de los padres. Es solo en documentación pero es un cambio no consentido por los padres. En Canada el estado está tratando como "maltrato" los casos de padres que se oponen a que sus hijos se cambien el sexo y las cortes han anulado el veto de los padres a tratamientos hormonales. Los ejemplos de lugares en donde se está erosionando la patria potestad siguen surgiendo y con ellos el descenso moral. 

La agenda LGBT va dirigida a apoderarse de los niños y en su plan está eliminar a los padres. Preocupa ver este tipo de expresión. 

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