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Cuando yo estudiaba pedagogía en la universidad tuve que tomar clases de historia de la educación. Resulta interesante ver como el sistema educativo que tenemos se formó primero en las iglesias y luego fue apropiado por el estado. Eso resume gran parte de la historia educativa.
Durante el desarrollo de la educación pública emergieron dos puntos de vista sobre la injerencia del estado en la educación. Un grupo entiende que el estado es el que educa y lo hace con el propósito de adoctrinar a los futuros ciudadanos. El otro grupo entiende que el estado solo debe financiar las estructuras educativas y dejar que sean el pueblo a través de distintos organismos quienes determinen el contenido y forma.
En EEUU se desarrollaron paralelamente las dos visiones. Hay estados en donde el estado dicta el currículo y contenido. Hay estados en donde se le deja en manos de juntas y comités de padres y ciudadanos determinar el contenido. Yo me inclino por el segundo modelo.
EEUU tiene una situación particular en que tiene a nivel federal un Departamento de Educación que asigna dinero a los Estados para programas marginales como deportes, programas de comedores escolares, etc. El gobierno federal también vela porque se respeten los derechos de los estudiantes. Hasta hace poco el gobierno federal no se inmiscuia en asuntos de contenido. Pero recientemente con el auge que ha tenido las revueltas raciales y el surgimiento de Black Lives Matter ha surgido la idea de incorporar al sistema educativo la Teoría Crítica de la Raza.
La TCR en resumen es una opinión historica de EEUU que parte de la premisa que esa nación se fundó con la intención de promover la superioridad de la raza blanca. Para la TCR todo debe ser visto desde la perspectiva racial. Para la TCR los blancos son los que han dominado siempre y los negros son víctimas y el racismo es estructural en la sociedad. Las opiniones sobre la TCR abundan y hay quienes la favorecen y quiénes no. Pero cuando un estado decide intervenir el remedio puede ser peor que la enfermedad.
En este marco situacional, el gobernador Ron DeSantis ha decidido intervenir en las universidades y colegios del estado de Florida. Dice que busca contrarrestar la adoctrinación de las mentes jóvenes en el estado.
Pa nivelar la situación ha decidido hacer tres cosas:
1. Hacer un censo anual a estudiantes, personal de apoyo y profesores sobre sus "creencias" para asegurar la "diversidad de puntos de vista y la libertad académica".
2. Proteger la libertad de expresión prohibiendo a las universidades el limitar a los estudiantes el acceso a ideas que sean calificadas de "incómodas, inadmisibles, desagradables u ofensivas".
3. Crear un currículo de K-12 que contraste a EEUU con países que tengan regímenes totalitarios o comunistas.
Estoy casi seguro que la gente que ve con buenos ojos lo que hace DeSantis en Florida no ve con buenos ojos lo que hace nuestro gobernador en PR en cuanto a educación. Aquí se quiere implementar la educación con perspectiva de género por vía ejecutiva. Muchos padres objetan esto y van a protestar.
Aquí en PR el problema que tenemos es que no hay un organismo que sea independiente del gobierno que regule el contenido de la educación. En EEUU si los hay, las lamadas juntas de padres y a maestros. Allí los padres tienen voz y voto a la hora de implementarse nuevas enseñanzas y los presupuestos. Aquí solo pueden observar como la legislatura hace y deshace con nuestros hijos.
Las noticias de padres luchando en las reuniones educativas para resistir la ola de adoctrinación del gobierno abundan en las redes. Eso es lo bueno del sistema de EEUU. Esa es la manera en la que se debe regular el sistema educativo, pero si el gobierno es el que decide estamos sujetos a los caprichos del partido político de turno. Ahora con Ron DeSantis de parte del lado que se opone a la educación perniciosa la gente lo ve con buenos ojos pero cuando sea otro el gobernador ¿qué pasara?
El problema del intervencionismo gubernamental en la educación es que está sujeto a la política. Si vemos lo que hace DeSantis como bueno entonces estamos entregando al gobierno la regulación del sistema educativo. Eso debe ser algo de la gente. Además DeSantis está haciendo precisamente lo que hacen regímenes totalitarios en el mundo, monitorear a la gente por sus preferencias ideológicas. En base a eso asignará o retirará fondos a la educación y pagarán justos por pecadores.
La educación debe ser algo de padres, maestros y estudiantes. Cualquier otro ente ajeno sobra y desequilibra la dinámica educativa.
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